Según investigadores del Centro Médico de la Universidad de Maastricht, los ambientes cálidos predisponen a la obesidad.
La exposición regular al frío leve puede ser una manera saludable y sostenible de ayudar a las personas a perder peso, según escriben los atuores de una nueva investigación en la edición de este miércoles de Trends in Endocrinology & Metabolism. Por otro lado, esto significa que los hogares y las oficinas que son cálidos y agradables podrían ser en parte responsables de que engordemos.
“¿Qué pasaría si dejamos que nuestros cuerpos funcionen de nuevo como reguladores de a temperatura corporal? Nuestra hipótesis es que el ambiente térmico afecta a la salud humana y, más concretamente, que una exposición frecuente al frío leve puede afectar significativamente a nuestro gasto energético durante periodos de tiempo sostenidos”, argumenta Lichtenbelt.
Por ello, sugieren, “además de realizar ejercicio físico tenemos que entrenarnos para pasar más tiempo en ambientes fríos.
“La temperatura interior en la mayoría de los edificios está regulada para minimizar el porcentaje de personas insatisfechas”, escriben los autores.
“Esto se traduce en temperaturas de interior relativamente altas en invierno, sobre todo en oficinas, en viviendas y hospitales. Por falta de exposición a ambientes con temperatura variada, poblaciones enteras pueden ser propensas a desarrollar enfermedades como la obesidad”, concluyen.